Varios países africanos y representantes de organizaciones internacionales criticaron duramente a Donald Trump por calificar de "países de mierda" a Haití, El Salvador y a las naciones africanas.
Trump recurrió el viernes a su arma favorita, Twitter, para defenderse y negar haberles calificado de esa forma, pero rápidamente fue desmentido por un senador del partido Demócrata que estuvo en la reunión y confirmó lo ocurrido.
"Que el primer representante de Estados Unidos se exprese en esos términos es indigno, preocupante y ofensivo", dijo esta sábado en Twitter la secretaria general de la Organización Internacional de la Francofonía (OIF), la canadiense Michaëlle Jean, de origen haitiano.
En pocas horas, el asunto se transformó en un escándalo internacional y generó una fuerte oleada de indignación.
"Si se confirman, son comentarios escandalosos y vergonzosos por parte del presidente de Estados Unidos. Lo siento, pero la única palabra que se puede utilizar es 'racista'", dijo en Ginebra el portavoz del Alto Comisionado para Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville.
El gobierno de Haití, que el viernes conmemoró el aniversario del devastador terremoto de 2010, emitió una nota en la que consideró "inaceptables" las palabras "odiosas y abyectas" de Trump, que reflejan "una visión simplista y racista completamente equivocada".
El presidente Jovenel Moise no mencionó en la ceremonia el lenguaje utilizado por Trump, y solo dijo que "Haití es un país como otros en la Tierra".
La Unión Africana, condenó por su parte en Adis Abeba las declaraciones "hirientes" y "perturbadoras" del mandatario. "No es solamente hiriente para las personas de origen africano en Estados Unidos, sino también para los ciudadanos africanos", dijo a la AFP Ebba Kalondo, portavoz del presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki.
Y el grupo de países africanos ante la ONU calificó de "indignantes, racistas y xenófobas" las declaraciones de Trump, a quien le exigió "retractación y disculpas".
El gobierno de Botsuana convocó al embajador estadounidense para que explique si esa nación africana es "considerada un país de mierda".
El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, exigió también "respeto a la dignidad de su noble y valiente pueblo".
- Desmentido de Trump -
En un primer mensaje el viernes, Trump admitió que en una reunión el jueves en la Casa Blanca para discutir sobre inmigración se dijeron cosas "duras", pero aseguró que "ese no fue el lenguaje utilizado".
Una hora más tarde, Trump volvió al tema en Twitter para asegurar que nunca dijo "algo despectiva sobre los haitianos, más allá de decir que Haití es, obviamente, un país muy pobre y con muchos problemas".
Pero, poco después, el senador demócrata Rick Durbin, quien participó de la reunión, dijo que Trump efectivamente se refirió a "países de mierda" y que además lo hizo reiteradamente.
Diversas fuentes señalan que Trump se refería a los países africanos, Haití y El Salvador. "¿Por qué todas estas personas de países de mierda vienen aquí?", habría dicho Trump, para añadir que quería inmigrantes de países nórdicos, como Noruega.
Desde Londres el alcalde de Londres, Sadiq Khan, celebró la decisión de Trump de cancelar una visita a esa ciudad porque allí "no es bienvenido".
La suspensión del viaje esta relacionada con una polémica por la sede de la nueva embajada estadounidense en la capital británica.
Asimismo, Venezuela y Cuba condenaron las polémicas declaraciones el mandatario estadounidenses.
En el plano interno, las reacciones tampoco tardaron en aparecer.
El congresista demócrata negro Cedric Richmond y Jerrold Nadler, integrante del Comité Judicial de la Cámara baja y también demócrata, dijeron que buscarán introducir la semana entrante una moción de censura contra Trump.
Semejante moción sería embarazosa para Trump si los líderes de la Cámara baja permiten someterla a votación.
Por su lado, la excandidata presidencial Hillary Clinton señaló en Twitter que Trump sometió al país a una "visión ignorante y racista de cualquiera que no se parezca a él".
La ola de indignación imperaba también entre los republicanos. La legisladora Mia Love, de familia haitiana, dijo que la declaración de Trump era "divisiva" y opinó que se imponía un pedido de disculpas.